Ante la compleja realidad presentada percibimos un riesgo creciente de dualización social: Una brecha entre la población integrada socialmente, con oportunidades, y la población en riesgo de exclusión con muy pocas posibilidades de mejora y que queda desvinculada de condiciones de vida digna y de participación social.
Nos encontramos ante una realidad social compleja, que va más allá de la pobreza. Nos encontramos con problemas de: SOLEDAD, la falta de oportunidades de acceso a un EMPLEO INCLUSIVO y DIGNO, la POBREZA, que impide hacer frente a los gastos de la vida diaria y acceder a una VIVIENDA ADECUADA y poder mantenerla, la ENFERMEDAD, el CONFLICTO Y RECHAZO SOCIAL, LA FALTA DE RECONOCIMIENTO DE DERECHOS, LA FALTA DE ESPERANZA. Que se enredan entre sí y sitúan a las personas entre la vulnerabilidad y la exclusión social. Hacer frente a estas realidades requiere la implicación del conjunto de la sociedad