Otras acciones

Julio 2023

“Agradecer las posibilidades que ofrece la vida sin apegarnos a lo que tenemos ni entristecernos por lo que no poseemos”. (LS, 222).

Toma decisiones en tu vida social, personal y familiar que te ayuden a realizar cada día cambios en tus gestos y comportamientos cotidianos a favor del cuidado.

Cuidar el mundo natural y social en el que vivimos, cuidar de las personas, comprometernos contra la pobreza nos puede parecer algo utópico, en el sentido de irrealizable. Son tantos los problemas, es todo tan complejo, que la pequeña aportación de cada uno y una puede parecer irrelevante. Nada más lejos de la realidad. De hecho, la historia nos muestra tozudamente que los pequeños gestos, los comportamientos cotidianos suelen tener una impronta radical. Todo se transforma cuando empieza a cambiar nuestro día a día. Por eso, te proponemos valorar la importancia de tus comportamientos cotidianos.

Las estructuras, las justas y las que no lo son, están integradas y mantenidas por personas. Y son las actitudes, escalas de valores, convicciones y comportamientos de esas personas las que sustentan la justicia o injusticia, la bondad o perversidad de esas estructuras. Cuando somos capaces de atender a nuestros comportamientos cotidianos y de tratar de irlos ajustando a lo que creemos bueno, justo y solidario, podemos ir viendo cómo las cosas cambian a nuestro alrededor. Quizá no sean cambios grandes, muy visibles, noticiables. Pero seguramente, son cambios duraderos, auténticos y muy importantes en la construcción de un mundo bueno, en la conversión de esas estructuras que provocan y mantienen la injusticia en nuestro mundo. Romper la lógica individualista, consumista y depredadora de recursos naturales es imprescindible si queremos ser cuidadores del planeta y de los seres humanos que la habitamos. Y se puede romper con decisiones pequeñas, de cada día. Es una opción personal que podemos renovar constantemente.

 

¿Qué puedes hacer (o dejar de hacer)?

  • Conoce la iniciativa #ConectaEnergiaPobreza y el ámbito de las #FinanzasEticas para poder incorporar en tu día a día hábitos de consumo responsables con el planeta y las personas.

 

#ConectaEnergiaPobreza

¿Te has dado cuenta que cada vez que decides cómo moverte decides en qué mundo quieres vivir? 

La calidad de vida en las ciudades tiene mucho que ver con el transporte, que suele ser causa de grandes sufrimientos para los habitantes. En las ciudades circulan muchos automóviles utilizados por una o dos personas, con lo cual el tránsito se hace complicado, el nivel de contaminación es alto, se consumen cantidades enormes de energía no renovable, y se vuelve necesaria la construcción de más autopistas y lugares de estacionamiento que perjudican la trama urbana. Muchos especialistas coinciden en la necesidad de priorizar el transporte público. Pero algunas medidas necesarias difícilmente serán pacíficamente aceptadas por la sociedad, sin una mejora sustancial de ese transporte que, en muchas ciudades, significa un trato indigno a las personas, debido a la aglomeración, a la incomodidad o a la baja frecuencia de los servicios y a la inseguridad. (LS, 153)

1.- Anda, monta en bici y aprovecha el transporte colectivo. Recomendamos explorar la ciudad a pie o en bicicleta. Realizar tus trayectos andando o en bici mejora tu salud, la calidad del aire del lugar donde vives, y reduce los molestos atascos que nos hacen perder el tiempo y los nervios.  Si no tienes una propia, puedes usar los sistemas municipales de alquiler de bicicletas, que por un precio razonable te permiten usar la bicicleta como medio de transporte urbano. Son muy fáciles de usar. Si es necesario, también están a tu disposición los medios de transporte público colectivos, como los autobuses o el metro, que te permiten moverte, mientras realizas una actividad tan estimulante como leer. 

2.- Plantéate cómo se genera, se distribuye y se financia la energía que consumes, y cuáles son sus consecuencias. A partir de esta reflexión, te será más fácil pensar en cambiar de compañía eléctrica, e invertir tu dinero de manera más responsable en una economía diferente.

3.- Si finalmente tienes que coger el coche busca fórmulas para compartirlo. No olvides que muchas de las empresas dedicadas a alquilar coches eléctricos para trayectos urbanos son iniciativas promovidas por grandes multinacionales que lo que pretenden es tener el coche dando vueltas el máximo tiempo posible, con sus consecuencias negativas para la salud, el medio ambiente y las personas empobrecidas. Piénsalo antes de decidir si no es mejor ir andando, en bicicleta o en transporte público.

4.- Piensa si lo que compras por internet lo necesitas hoy. El reparto a domicilio multiplica el número de desplazamientos en la ciudad, lo que agrava los problemas medioambientales existentes, y crea otros derivados de la precarización del trabajo. Busca, siempre que sea posible, el reparto respetuoso con el medio ambiente y con un trabajo digno.

5.- Conoce iniciativas de economía solidaria que pueden suministrarte en el consumo de energía además de impulsar un modelo económico social y solidario como GOIENER 

 

#FinanzasÉticas

Hacer un uso social y responsable de nuestro dinero. 

 

«El buen o mal uso del dinero tiene consecuencias inmediatas en la vida de la gente; el uso del dinero condiciona en gran medida el bienestar o el sufrimiento de muchas personas.»
La dimensión ética del dinero. La función social del dinero. Diócesis de Orihuela-Alicante, 2013-2014.

 
 
¿Para qué sirve el sistema financiero?

A lo largo de la historia, las personas nos hemos organizado de distintas formas para realizar nuestras transacciones comerciales, como el trueque, o el intercambio de sal o de metales preciosos, como el oro. El dinero llegó para simplificar estos sistemas. Y para administrarlo, hemos creado el sistema financiero, cuya función debe ser impulsar el desarrollo económico de los países y de las regiones del mundo en general, para lograr como fin último, el desarrollo humano pleno.

¿Qué sucede cuando el sistema financiero no cumple su finalidad?

Cuando el sistema financiero no cumple su función, suceden las crisis financieras, como la que se inició en el 2007 y de la cual aún estamos viviendo las consecuencias. Y es que el modelo económico actual está al servicio de la acumulación de riquezas y no de las personas, lo que, lejos de reducir las desigualdades, contribuye a su aumento, concentrando la riqueza en muy pocas manos.
En 2014, en el Congreso «Invertir en los pobres», las palabras del Papa Francisco fueron: «Es importante que la ética reencuentre su espacio en las finanzas y que los mercados se pongan al servicio de los intereses de los pueblos y del bien común de la humanidad. (…) No podemos tolerar más que los mercados financieros gobiernen la suerte de los pueblos, en vez de satisfacer sus necesidades o que unos pocos prosperen recurriendo a la especulación financiera, mientras muchos padecen las consecuencias».

 
 
La ética en las finanzas

Esta ética es responsabilidad de todas y todos los involucrados en la cadena de financiación, es decir, de los bancos y de todas las personas que utilizamos las entidades y productos financieros depositando nuestros ahorros. Necesitamos que la actividad financiera y el uso del dinero, se dirija hacia el bien común ¿Sabemos en qué empresas o proyectos se invierte nuestro dinero? ¿Preguntamos algo más que el rendimiento que nos dará?

¿Cómo te relacionas tú con el dinero?

¿Es el dinero el indicador principal de tu felicidad y bienestar? ¿Te importa cómo se obtuvo, si en ese proceso se produjo alguna injusticia o se vulneró algún derecho, cómo se utiliza o utilizará, cuáles son las consecuencias, de donde provienen los productos que compras o donde va a ir el dinero en las inversiones que realizas?

¿Y cómo podemos usar nuestro dinero de forma ética?

El dinero es un medio para dignificar la vida de las personas. Desde esta perspectiva, el «poder del dinero» se transforma en un instrumento favorable para que una economía solidaria y humanizadora sea posible. Esta es nuestra propuesta:  Dar un paso más allá, y situarnos en otra dimensión: poner el uso dinero al servicio del bien común y de la justicia, de un modo transparente, donde cada uno de nosotros, ahorrador o inversor, sepamos exactamente qué se hace con nuestro dinero, y exigir que su destino sea financiar actividades que favorezcan el desarrollo de las personas y el cuidado del medio ambiente, en definitiva, la construcción de un mundo mejor.

 
 
¿Qué opciones nos ofrecen las finanzas éticas?

Podemos optar por productos y servicios socialmente responsables y entidades gestionadas con criterios éticos que están al alcance de nuestras manos.

Inversiones Socialmente Responsables (ISR)

Se trata de inversiones que se canalizan fundamentalmente a través de fondos de inversión en acciones de empresas, que aplican, además de los criterios financieros (seguridad, rendimiento…), otros criterios «extra financieros»: medioambientales, sociales y de transparencia en el buen gobierno (ASG). Para seleccionar a las empresas donde invertir, estos fondos utilizan criterios negativos, excluyendo de la financiación actividades como la armamentística o empresas que vulneran los derechos humanos. Incluyen además criterios positivos, transformadoras de la sociedad como, actividades con fines sociales, que respetan los derechos humanos o cuidan el medio ambiente, entre otras.

Los Fondos de Inversión Socialmente Responsable (ISR) o Fondos de Inversión Éticos

Adquieren esta categoría si reúnen cuatro requisitos básicos: a) Ideario ético, donde se plasman los principios que defiende el fondo; b) un catálogo de valores invertibles: son las empresas socialmente responsables escogidas para invertir; c) equipos de investigación ética: responsables de analizar
el comportamiento de esas empresas; y d) Comité Ético: una entidad o entidades externas que verifican que la gestión del Fondo ISR se realice con coherencia con el ideario ético. Como todos los fondos de inversión, están supervisados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (www.cnmv.es) Puedes informarte sobre los Fondos de Inversión Socialmente Responsable disponibles en la página de la Asociacion Spainsif: www.spainsif.es

Banca Ética

Son los bancos de «toda la vida», regulados por el Banco de España, pero que se diferencian en su objetivo: financiar actividades económicas que generen un impacto social y ambiental positivo, en beneficio de la persona y la comunidad. En la banca ética, es muy importante la trazabilidad del capital, es decir, poder conocer qué se hace con el dinero, durante la gestión financiera. Y, por tanto, el ahorrador/a conocerá el proyecto social y económico en el que ha invertido.
Te animamos a participar en la iniciativa: 
• Fiare Banca Ética – www.fiarebancaetica.coop/
Fiare cuenta, cada vez, con mayor apoyo por parte de personas, empresas y entidades como Caritas Bizkaia, que tienen una preocupación creciente por lograr que las inversiones financieras tengan un impacto positivo en la economía. Depende de nosotras y nosotros que estas opciones bancarias vayan creciendo cada vez más.

Otras opciones financieras éticas

Existen otras entidades que ejercen una actividad de intermediación financiera, de carácter ético y solidario, dirigida a colectivos específicos o para apoyar actividades que no tienen  fácil acceso a crédito. Como las cooperativas éticas de crédito, que son personas jurídicas sin ánimo de lucro, cuyos propietarios son los «socios cooperativistas» y que otorgan créditos a sus asociados para financiar proyectos compatibles con la economía solidaria.
Ejemplos de cooperativas ética de crédito es Oikocredit, (www.oikocredit.es), a la cual Cáritas está asociada, junto con otras entidades de iglesia, y que financia proyectos de economía solidaria en América, África y Asia. Además, desde el ámbito comunitario, siempre se han dado otras formas de hacer economía, generando fórmulas de intercambio de bienes y servicios, con un marcado carácter local y de cambio social. Algunos ejemplos son: el trueque, los bancos de tiempo, los mercados sociales y las monedas sociales.